Marino Martínez ha logrado convertir su pasión por el mar en su forma de vida. Una pasión que nació desde niño, comenzó a trabajar en la pescadería familiar hasta que en 1991 abrió su primer local propio en el Mercado Milicias. Cinco años después, otro de 35 metros cuadrados, y desde el 2006, el actual comercio, de 140 metros y dotado de todas las características para ofrecer un producto rabiosamente fresco, de calidad absoluta y marcado por una exquisitez máxima en el servicio: «Es mi forma de vida, la manera en la que entiendo esta profesión. El mar me alucina, tengo una red de proveedores por todas las costas de España y busco lo mejor en pescado de bajura y marisco. Tengo una clientela que me entiende, que busca lo mismo que yo persigo y no les puedo fallar. De ahí que mi responsabilidad con ellos es máxima, y traigo lo mejor de lo mejor. Ésa es mi meta», subraya.
Marino,además, es un verdadero enamorado de la naturaleza y especialmente del mar: «Practico pesca submarina a pulmón y es una sensación increíble bajar y ver a los peces en su hábitat natural». Una de las bases en las que edifica el servicio que ofrece en su pescadería es la singularidad de sus pescados y mariscos: «Donde nosotros nos distinguimos es en el atún rojo, tanto el de almadraba como el de jaula, el rodaballo, o el mero, que es uno de los pescados más especiales que existen. Además de la gamba roja de Santa Pola, la angula seca del Nalón o la urta y corvinas del Golfo de Cádiz. Traemos piezas grandes porque en este tipo de pescados la calidad tiene que ver con el tamaño de las capturas, que en nuestro caso siempre son de bajura y realizadas con artes muy respetuosas con el medio ambiente. Creo que hay que mantener las tradiciones de pesca honesta, por eso no me gusta el arrastre, que arrasa con el fondo marino», avisa.
Llega la Navidad y el marisco es una de las ofertas más atractivas de Marino, con santiaguiños, carabineros, centollas, bueyes de mar e impresionantes bogavantes, además de navajas, percebes, nécoras y angulas frescas del Miño… Y por si todo esto fuera poco, un espacio gourmet en la tienda, un obrador y caprichos tan selectos como el plancton del Chef del Mar.
